Green-eyed Monster: Un golpe de realidad sobre el escenario

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Ni teatro, ni música, ni danza, ni performance, ni poesía. MEJOR TODO. Así son los jóvenes: transversales y reales.

El 26 de abril llega al Principal esta revisión de Otelo, de Shakespeare, montada con la expresión artística de 55 jóvenes que reflexionan sobre el machismo y el maltrato

La realidad es que el machismo sigue siendo demasiado evidente, y la violencia contra la mujer, una herida abierta para toda la sociedad. Real es que también entre los jóvenes la violencia existe, incluso se constata una tendencia a un modelo de relaciones amorosas basadas en la dominación, enfermas de posesividad, movidas por los celos. Esos celos que, en el Otelo de Shakespeare, son “el monstruo de ojos verdes que se burla de la carne de la cual se alimenta”.

Pero real también es que el teatro interesa al público joven. Compran cada vez más entradas, y no precisamente porque les obligue su profesor del instituto (¿quizá sobre la escena se comprende la realidad mejor que a través de la pantalla del smartphone?). Y verdadero es, también, que sienten deseo de expresarse y sintonizar con aquello que expresan sus pares.

Green-Eyed Monster es un baño de realidades. La primera de ellas nos habla del teatro que interesa a los adolescentes. No porque lo escriba un adulto condescendiente, ni porque hable de reggaetón: interesa, en este caso, porque ha sido hecho por ellos mismos.

En concreto por los 55 jóvenes -Los Navegantes- que han compuesto, desde diversas disciplinas artísticas, un montaje dramatúrgico transversal donde la música sucede a la imagen audiovisual, y ésta al drama y la performance, que a su vez se mezclan con la poesía, la escritura, la danza o el arte.

Los 55 navegantes, con edades comprendidas entre los 16 y los 26 años reflexionaron desde todas estas perspectivas creativas sobre el maltrato, los neomachismos y las relaciones dependientes. Realidades que ya advertía Shakespeare en Otelo. Por ello, sobre el escenario veremos a cinco actores profesionales representando este drama clásico en un montaje compuesto con la música, baile, imagen, poesía y performance audiovisual, en perfecta simbiosis escénica.

Pura transversalidad juvenil. “Los personajes de Shakespeare conviven con la ‘realidad’ extrema de nuestros jóvenes Navegantes, en una especie de ejercicio de dramaturgia post-dramática”. Un proyecto auspiciado por el Teatro Calderón y la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid en el espacio La Nave, de encuentro e integración de artes escénicas, en coproducción con Rayuela Producciones.

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