Los Quintos son los encargados de preservar una de las tradiciones más singulares de la Tierra de Campos: la fiesta de San Antón y sus ‘cuartetas’, en San Cebrián
En otros tiempos los jóvenes renunciaron a las tradiciones de sus pueblos. La vida urbanita deslumbraba sus sueños, lastrados por la enorme brecha cultural y de desarrollo que existía respecto al mundo rural. Pero hoy, los millenials y la Generación Z pertencen a otro momento histórico; a un mundo hiperconectado. Y es entonces cuando, para ellos, cobra sentido volver a mirar al pasado y recuperar un patrimonio inmaterial que a punto estuvo de perderse por ese sumidero que vació España.
Hoy traemos a estas páginas una tradición que es un ejemplo de ello: la festividad de San Antón en San Cebrián de Campos, que preservan con celo sus quintos. Y para muestra un YouTube: el que grabaron en 2016 para dar a conocer en su entorno natural, las redes sociales, esta bonita ceremonia de paso a la edad adulta.
Una fiesta que, como afirman en el vídeo, tiene para ellos «una carácter cultural y tradicional» que contribuye a promover valores como el respeto, la diversidad cultural, la identidad o la creatividad. Es, como afirman, «la fiesta de los jóvenes».
Los quintos 2020 ya lo tienen todo preparado: en Nochevieja recibieron el testigo de la quinta anterior en una fiesta conjunta. Todos los sábados de este mes, hasta mediados de febrero, se reúnen en sus ‘Briscadas’ para jugar a las cartas, reír y compartir cena y experiencias con otras pandillas de distintas edades.
El objetivo es preparar las Cuartetas de San Antón, el recital de versos en tono satírico que tendrá lugar en la fiesta de San Antón (este año, el sábado 18 de enero a las 17:00 horas). Las cuartetas repasan los acontecimientos del año recién despedido a nivel internacional y nacional, pero sobre todo local. «Se trata de una tradición centenaria que parece remontarse al año 1875. Esta fiesta, que en antropología se conoce como rito de paso, tiene carácter pagano, festivo, burlesco y los versos que recitan los quintos pueden satirizar todo sin que nadie se ofenda», apuntan desde el Ayuntamiento. Como curiosidad, añaden que durante la dictadura, los quintos estaban obligados a presentar las cuartetas ante la censura del alcalde… ¡Tal era el poder de sus irónicas composiciones!
Otros municipios de la zona tienen tradiciones similares, pero en San Cebrián de Campos la puesta en escena es también singular: lo hacen a lomos de sus caballos, ataviados con borlines de colores, sombreros y mantillas, lanzando sus irónicas composiciones a un público entregado al que, de vez en cuando, le salpica alguna crítica… ¡Desde el cariño!
«Es un momento importante, un sueño hecho realidad para cualquier pinchorrero», explican los propios jóvenes de San Cebrián en el citado vídeo. Porque en este pueblo, no te haces mayor hasta que no recitas las Cuartetas.
Como en toda buena fiesta rural, la verdadera esencia de la celebración es poder compartir un momento de hermandad, como el que se vive en la Merienda de San Antón. Las bodegas y merenderos se llenan de familias y cuadrillas durante la tarde para compartir alimentos y, sobre todo, alegría.
La segunda parte de esta tradición tiene lugar unas semanas más tarde, cuando los quintos celebran su fiesta como tal a mediados de febrero. La tradición también manda: comienzan recorriendo las calles, casa por casa, para pedir manojos a los vecinos con los que hacer la hoguera.
Unos colaboran con leña y otros, simplemente, con aguinaldos que ayudarán a costear la gran verbena de esa noche. Una fiesta que se extiende hasta la mañana del día siguiente, cuando los quintos piden huevos casa por casa para preparar, entre todos, una gran degustación de huevos fritos después de la misa, que culmina con un baile vermut.