Antiquísimas tradiciones que siguen vivas en la festividad de San Marcos, que se vive con arraigo en numerosos pueblos de la provincia cada 25 de abril

Con la llegada de la primavera vienen también las primeras romerías, esas jornadas de convivencia popular en la pradera que, con la excusa de festejar al patrono, terminan en almuerzos compartidos, juegos y primeras tardes al sol del año. Este mes, destaca la festividad de San Marcos, que se celebra, entre otras localidades, en Torquemada, Fuentes de Nava, Autillo de de Campos, Astudillo, Villarramiel y Palencia capital. Fiestas que tienen su origen en las rogativas para pedir lluvia para el campo, especialmente necesaria este año.

En Torquemada, este día se conoce como la Fiesta del Pan y Quesillo, que congrega en torno a la ermita de Valdesalce a vecinos del pueblo y del contiguo Villamediana. Se reparten cerca de 2.000 bolsas con raciones de queso y pan, productos siempre de la tierra. Y lo advertimos: aquí saben mucho mejor que si las comemos en casa.

San Marcos es también día de caracoles, tradición arraigada en Palencia, donde se celebra un concurso en el Parque del Sotillo, y en Villarramiel; y día de danzas en Fuentes de Nava. Allí tiene lugar una antiquísima manifestación folclórica: una danza de paloteo de origen guerrero en la que ocho personas, que portan vistosos trajes y palos, bailan al son que marca el Botarga.

En esta misma tradición se enmarca un bonito canto por parte de los niños, que dice: «Ten terenulo, tente tú, que Dios puede más que tú». Con tanto baile es lógico que entre el hambre y la tarde finalice con una merienda popular que antiguamente las familias portaban en cestas de mimbre.

No sabemos si en cesta de mimbre o en bolsa de Mercadona, pero nosotros tenemos claro que llevaremos la tortilla, el porrón y la manta para mezclarnos con el pueblo en las romerías palentinas de este año.

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