No es el restaurante, ni las flores ni tampoco los detalles de los invitados. Lo que los peques desean en su fiesta es verse guapos y pasarlo bomba. Te contamos cómo cumplir su sueño

Dicen que las Comuniones son una pequeña boda. ¡Pero no para los niños! A veces nos liamos con los detalles adultos (la salsa de la merluza, los detalles de los invitados, el sombrero de la abuela) y nos olvidamos de lo esencial: la fiesta es de los niños y para los niños.

Ellos, lo que quieren, es esto: “pasarlo genial y ponerme guapísima”. Así nos lo explica Gabriela, quien celebra su Comunión este mes. Pensemos, pues, en los detalles que verdaderamente les importan.

No son novios ni son modelos: son niños y niñas, deben ir vestidos y peinados como tal. Guapos, pero con naturalidad. Algo especialmente importante a la hora de elegir los peinados femeninos, un punto más sofisticados.

Desde Peluquería Mary Mar (Calle Pintor Oliva 5B Bajo, Palencia) recomiendan que las niñas “vayan como niñas”, no como mujeres ni tampoco disfrazadas. Las posibilidades a la hora de elegir los adornos son múltiples, aunque impera la elegante sencillez y la naturalidad. “Se busca un peinado acorde con el vestido: si es clásico, optaremos por una diadema, un recogido trasero o un lazo, mientras que si llevan un vestido más atrevido, de manga francesa o corte imperio, por ejemplo, queda bien una tiara de flores de organdi con encaje”, apuntan. Tratan de potenciar la belleza natural del cabello infantil, dándole un toque creativo, pero respetando el estilo de la niña.

No hay celebración sin diversión. Y sentarse tres horas en un restaurante no suele ser muy divertido para los niños. Por eso, cada vez se contratan más servicios de animación y  juegos para los peques… Y también para los grandes. “El auténtico bombazo son las coreografías para toda la familia”, comenta Ana Rueda (anaruedaeventos.com). “En Comuniones hacemos de todo: decoraciones, hinchables, magia… Pero sin duda, lo que más gusta son las actividades que involucran a peques y mayores”.

No se trata de contratar un monitor que entretenga a los niños, sino de ofrecerles una experiencia a la altura de sus expectativas. En el momento en que los niños ya han terminado de comer y los mayores quieren continuar tranquilos, se desarrollan actividades como cuentacuentos, juegos, tattoos (muy demandados porque los niños no se manchan) o actividades temáticas, como la visita de los personajes de la tele o la ‘Sport Zone’, muy demandada para comuniones de chicos, en torno al fútbol y otros deportes.

La moda de las mesas dulces está desplazando, según Ana Rueda, otras tendencias, como la de las divertidas actividades grupales. “Preparamos un baile para toda la familia, con coreografías de los éxitos del momento”. ¿Bailar reggaeton con la abuela y el tío del pueblo? ¡Nada más divertido!

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