¿UNA ORQUESTA DE MELENUDOS TOCANDO VIVALDI SÓLO CON GUITARRAS ELÉCTRICAS? ¡ESTO HAY QUE VERLO! SINFONITY UNE EL SONIDO MÁS ROCKERO CON LA TRADICIÓN MUSICAL CLÁSICA LOGRANDO LA SORPRESA Y EL AGRADO DE LOS PURISTAS DE AMBOS ESTILOS

La tradición ordena separar la música clásica de la moderna, los instrumentos acústicos de los eléctricos, la ópera del punk o Beethoven de Iron Maiden. ¡Pero en PaCO somos fans de la mezcla y la revolución!

Al fin y al cabo, ¿quién pone los límites de lo que es cultura y lo que no? Por eso nos agrada y divierte hablar de Sinfonity, la primera orquesta de guitarras eléctricas del mundo, nacida en nuestro país con visos de convertirse, como suele decirse en el mundo de la innovación, en una idea disruptiva.

¿Melenudos tocando Bach o Paganini a golpe de Fender? ¿Sentando juntos en el patio de butacas a melómanos puristas y jovencitos tatuados? Sinfonity ha hecho posible una comunión que, en palabras de los críticos, no revuelve en sus tumbas a los compositores históricos, sino que los homenajea haciéndolos sonar de una forma diferente y, con ello, acercándolos a públicos diversos.

A la cabeza del proyecto, creado en 2011, se sitúa Pablo Salinas, guitarrista, pianista
y compositor de dilatada experiencia que ha compartido escenario con músicos como Miguel Ríos o Serrat, entre otros muchos, y ha creado bandas sonoras para cine y teatro.

Cerca de veinte guitarristas, todos ellos músicos de gran calidad, completan esta formación concebida desde un enfoque de riguroso respeto a la orquesta clásica.

Sinfonity recorre un camino iniciado por grandes grupos: el de la experimentación con la música clásica interpretada con instrumentos modernos, o viceversa.

Bandas como Metallica unieron para siempre lo antiguo y lo nuevo, lo rebelde y lo ortodoxo. Pero la formación de Salinas da un paso más, pues hasta ahora no se había creado ninguna orquesta de guitarras eléctricas propiamente dicha. ha sido aplaudida por público, crítica y músicos de primer nivel. El trabajo comienza desde el profundo estudio de
piezas tan universales como las Cuatro Estaciones de Vivaldi, la Quinta de Beethoven o la Toccata y fuga en Re menor de Bach. Trabajando la orquestación y procurando una ejecución impecable y no exenta de virtuosismo, las guitarras de repente consiguen sonar a violines, flautas, oboes o trompas, mediante el uso original y cuidadoso de los pedales
de distorsión y efectos.

Combinado con una puesta en escena divertida, el resultado es un espectáculo musical que emociona  y engancha, íntimo unas veces y cañero otras, con el respeto a la música clásica y sus grandes compositores por encima de todo. Podrá verse en la Plaza Mayor el sábado 9 a las 20:30 horas, como prólogo a la programación del Festival de Teatro Ciudad de Palencia.

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