Llegué con tiempo a Pedrosa de la Vega. Me habían comentado que valía la pena darse una vuelta por los entornos de La Olmeda para contemplar primero el continente y luego sumergirse en el contenido. Y allí me presenté, sabedor de que la visita no me iba a dejar indiferente.

Mi primera impresión me llevó a preguntarme: “Pero PaCO, ¿dónde has venido?” El cerramiento exterior de La Olmeda a base de una espectacular estructura de acero corten y una cubierta de más de 8.000 metros cuadrados de de rombos de hierro me dejó sin palabras. ¿Debajo de semejante ejercicio arquitectónico se esconde el pasado romano palentino? ¡Pues sí!

El color del acero consigue mimetizarse con el entorno. La Olmeda se funde con el suave horizonte del campo y a mí me tocaba fundirme ahora con el contenido de la villa romana, descubierta en 1968 por Javier Cortes Álvarez de Miranda en terrenos de su propiedad, y cedida en 1980 a la Diputación.

Este año se cumplen, pues, 50 años desde aquel verano en que, arando unos sembrados, aparecieron las primeras teselas de una gran Domus que en su momento contó con 35 habitaciones, 26 de las cuales decoradas con un total de 1.450 metros cuadrados de mosaico. Un tamaño que impresiona, aunque no tanto como su calidad y buen estado de conservación. No en vano, el más importante, el que ornamenta el salón principal (el oecus) con una escena de Aquiles, está considerado como uno de los más grandioso mosaicos policromados del mundo. 

Allá por el siglo IV la Villa se convirtió en el palacio rural que aún nos deslumbra, aunque su origen es anterior (s. I o II d.C.),

¡El caso es que sus señores no vivían nada mal, oigan! A su preciosa Domus no le faltaba de nada, y es fácil imaginar cuán agradable debía ser darse un baño templado en el tepidarium de sus inmensas termas, o descansar en cualquier estancia del “chalecito” de 3.000 metros cuadrados, al calor del hypocaustum (nuestro moderno suelo radiante).

La Olmeda es curiosa hasta para guiar el visitante. La visita se sustenta en Marcianus, el viejo mayordomo  de la casa (virtual, no se vayan a pensar). Elementos audiovisuales y recursos de todo tipo (maquetas, menús interactivos, recreaciones 3D, etc.) te ayudan a comprender cómo era la vida en una villa rural del Imperio Romano. Y, por supuesto, los expertos guías del yacimiento no dejan duda sin resolver ni curiosidad sin saciar.

El proceso de consolidación de la villa romana La Olmeda como referente arqueológico y turístico ha sido espectacular desde su reapertura el 3 de abril de 2009. La Olmeda ha contribuido a que el incremento de viajeros por la provincia en 2017 haya puesto de manifiesto que la provincia de Palencia es un destino cada vez más demandado por los turistas.

Madrileños, vascos, andaluces… En total 107.511 visitantes eligieron las villas romanas de La Olmeda y la Tejada, la Cueva de los Franceses, los barcos sobre el Canal de Castilla y el castillo de Fuentes de Valdepero y pasaron por los puntos de información turística de la capital. En total 6.017 personas más que el año anterior (un 5,92% más).

Pero centrémenos en La Olmeda. Se ha afianzado como el monumento más visitado en la provincia de Palencia en el último año, con 61.941 visitantes, seguido de la Cueva de los Franceses, por donde han pasado 19.127 visitantes y vuelven a encabezar un año más la lista de los recursos turísticos más visitados gestionados desde la Institución provincial.

Ahora ya sé por qué gusta tanto a nuestros turistas. Sólo espero que apasione siempre igual a los palentinos, porque… ¡Hay que estar orgulloso de esto!

HORARIO: M-D: 10:30-18:30 h. Lunes cerrado.

VISITAS GUIADAS: Grupos mínimos de 10 personas. Reserva previa: 979 119997 / 670 450143. Español, inglés, francés, alemán e italiano. Visitas didácticas para escolares martes, miércoles y jueves de 10:30 a 14:00 h.

VENTA POR INTERNET: www.villaromanalaolmeda.com

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